La calidad del producto o servicio es de gran importancia en el mundo de los negocios, podemos decir, que es el pilar principal que mantiene a un negocio casi por completo, pero, ¿ realmente somos conscientes de la influencia que tiene sobre los clientes?
Los expertos dicen ” si le ofreces a tu cliente no lo que este quiere, sino lo que nunca se había imaginado que quería, una vez que lo obtenga hará que se dé cuenta que era lo que siempre había deseado”.
Recordemos que los clientes compran en base a sus emociones, por lo que debemos satisfacer sus necesidades emocionales. La calidad es el reflejo que tienen los clientes al sentir una necesidad.
Calidad + Cliente Satisfecho = Éxito de la empresa
A continuación nombraremos los tipos de calidad que adoptan las grandes organizaciones para garantizar la satisfacción de sus clientes:
Calidad del Diseño
Calidad de los procesos de producción
Calidad del servicio al cliente
Calidad de la organización
Si a todo esto le sumamos un plan de marketing de calidad lograremos que nuestro producto tenga un buen posicionamiento ya sea en el mercado nacional como internacional.
Todos conocemos la eficacia de las técnicas psicológicas empleadas en el marketing, sin embargo, lo que realmente determina que un cliente vuelva a comprar nuestro producto es la calidad de este. A menudo los consumidores se influencian por la regla de las “3B” ( Bueno, Bonito y Barato), por ello, debemos encajar las necesidades de los clientes con las de la empresa modificando dicha regla por “BBA” ( Bueno, Bonito y Asequible) y al mismo tiempo garantizarles a los consumidores una continuidad de la calidad del producto y una estabilidad del precio de venta. Ya que si alteramos cualquiera de dichos factores, las probabilidades de pérdida del cliente aumentan y como consecuencia la calidad de la empresa disminuye.
Es nuestra responsabilidad mantener a nuestros clientes satisfechos, por ello si realizamos cambios, estos deben mejorar la percepción del consumidor y nunca darle opción de que se desinterese.
*En los años 50 se prestaba muy poca atención a la calidad, solo las grandes compañías multinacionales podían permitirse implantar controles de calidad. No fue hasta los años 80, cuando las compañías comenzaron a darse cuenta del incremento de los beneficios a causa de la calidad del producto, determinando así su importancia actual.
Dicho todo esto invirtamos en mejorar la calidad del producto ya que determina el distintivo que nos diferencia de todo lo demás.
